Las idea de Inconsciente freudiano y en mayor grado la de
Inconsciente colectivo jungiano vendrían a situar el concepto Dios en el
terreno de lo psíquico y en cierta medida dentro del campo de la psicología.
Este punto de vista podría causar rechazo a teólogos y personas religiosas, que
resaltan lo inaprensible de la idea de Dios, sin embargo ya supone un puente
por el cual transitar desde una visión materialista a otra más metafísica.
Desde posiciones más inscritas dentro de la ciencia, aunque no en las
corrientes convencionales, podemos encontrar la idea de los memes y más especialmente
la de los campos mórficos de Rupert Sheldrake, que representarían entidades
intangibles que desempeñarían un papel relevante como conformadores de la
opinión y direccionadores de la conducta. (Supongo que a Dawkins le
horrorizaría que su idea de los memes sea incluída dentro de los conceptos
precursores de la idea de Dios). En biología podemos encontrar como parangón el
concepto de instintos; que sin estar ubicados en un lugar físico concreto
ofrecerían esquemas y pautas, a veces muy complejos, para la acción dentro del
reino animal. (recordar que los humanos somos animales y que por lo tanto
también tenemos instintos; aunque queden solapados bajo una gruesa capa de
educación y de cultura).
Aunque en su origen presocrático la filosofía es ya un
intento de explicar la realidad sin apelar a la idea de Dios, la concepción
mitológica aun impregna su punto de vista y durante la edad media está imbuida
del concepto Dios en sus distintas concepciones. En la India, la religión aún
hoy se amalgama con la filosofía y en occidente hasta la escuela del
existencialismo, los conceptos espíritu y Ser se hallan bien presentes. Es en
Descartes donde se produce el punto de inflexión en el cual el filósofo
comienza a dudar de todo y a no dar por supuesta la existencia de Dios,
iniciando como algunos consideran la modernidad, caracterizada por la nueva fe
en la razón y en la ciencia. Sin embargo el pensamiento de Descartes ya lleva
en sí mismo su semilla antitética, pues además de la fe en la razón introduce
como eje la subjetividad, que impulsaría las corrientes liberales y el propio
sistema capitalista. Kant posteriormente aboliría los hechos externos como
independientes del observador y Kierkegaard culminaría el punto de vista en el
que prevalece lo individual; inaugurando la era de la postmodernidad, en la
cual el discurso lógico y científico quedarían en entredicho, pues la realidad
sólo existiría desde una visión subjetiva y desde una multiplicidad de
narraciones particulares.
En la postmodernidad contemporánea, y no precisamente en
la del constructivismo francés sino en la que resurge el pensamiento holístico
y la psicología de la nueva era, es en la que podemos encontrar un fundamento
menos cómico que los esfuerzos filosóficos de San Agustín para la existencia de
Dios. Desde una perspectiva científica algunos investigadores se aproximan a
los fenómenos telepáticos y sincrónicos para resaltar que el sistema nervioso y
la mente individual pueden ser la expresión de lo psíquico en general. (Podemos
encontrar un buen repaso de estos esfuerzos investigadores en los libros de
Lynne Mctaggart) Los estados de conciencia alterados son utilizados por autores
como Stanislav Grov para apoyar la existencia de otros planos de realidad en
los que la información esté presente por encima de las barreras de tiempo y
espacio. De manera relevante Ervin Laszlo en base a información científica
construye una teoría en la cual un campo de información –akashico- en un nivel
cuántico de la materia es el conformador de todos los fenómenos en el Universo.
Observaciones teóricas como el ajuste fino en los inicios del Universo o el
proceso de evolución de las especies darwiniano ponen de relieve la ínfima
probabilidad de que los sucesos se produjesen como se produjeron, si no hubiera
habido un factor direccionador, un campo cuántico informacional, o dicho de
otro modo un elemento controlador para un diseño inteligente en los procesos de
la materia y de la vida. Esta perspectiva holística y de una nueva
espiritualidad causa gran inquietud en quienes atados a la modernidad, aún
poseídos por el sueño cartesiano y aristotélico de conocer la realidad por
medio de la lógica y de la ciencia, luchan contra aquellos otros anclados en un
punto de vista religioso tradicional en el que están presentes las más
delirantes interpretaciones literales de textos sagrados con miles de años de
antigüedad. Sin embargo, desde estos pensadores en los bordes de la ciencia
convencional y desde las corrientes de la nueva era se habla de la necesidad de
un cambio de paradigma científico, que corrija la perspectiva causal
reduccionista e incluya fenómenos considerados paranormales dando lugar a una
visión en la que ciencia y religión no se opongan, en la que la materia vuelva
a ser la expresión de ese otro factor espiritual que siempre ha estado presente
en la mente humana.